Hoy no impresionan tanto, pero hace 15 años resultaba toda una sorpresa encontrar dispositivos de ahorro de agua en los grifos de los servicios de una cafetería o urinarios con sistemas de detección física. Quien tuvo la visión pionera y el compromiso con la eficiencia energética fue el Café Astoria, un negocio que abrió sus puertas en el año 2000 en el centro histórico de Zaragoza. Desde la propia apertura del local, con capacidad para 175 personas, las medidas de ahorro que aplicaron sus responsables sorprenden por su ambición y profusión: electrodomésticos eficientes, sistemas de ahorro de agua, detectores de presencia… Las mejoras no han cesado, como señala el responsable del negocio, Miguel Ángel Mur, que apunta que el año pasado cambiaron toda la iluminación con dispositivos LED.
El anterior negocio que estaba ubicado en el local no se dedicaba a la hostelería, lo que facilitó que se aplicasen las reformas y mejoras energéticas desde el principio. El local está alquilado, lo cual no supuso un freno para los responsables a la hora de apostar por la eficiencia, como recuerda Mur. El apoyo lo encontraron en la Fundación Ecología y Desarrollo http://ecodes.org/, que realizó un estudio sobre la optimización de los ahorros energéticos.
Controlar el consumo de agua
El consumo de agua acostumbra a ser muy elevado en este tipo de negocios, tanto por la actividad cotidiana del local (cafetera, limpieza, lavavajillas…) como por el uso de los servicios por parte de los clientes. Café Astoria apostó por minimizar el consumo en todos los frentes posibles.
Las cafeteras tradicionales eran una de las principales fuentes de consumo de agua tanto por la cantidad necesaria para realizar el café y calentarlo a través de vapor como por la necesidad de calentar la ‘ducha’ donde se sitúa el café molido. Café Astoria apostó por un modelo con un sistema de recirculación de agua de erogación continua. La cafetera cuenta de esta manera con dos circuitos independientes: uno abierto, destinado a la preparación del café, y otro cerrado que calienta el cazo, ahorrando unos 100 ml. de agua por café servido. A día de hoy, la cafetera sigue prestando su función perfectamente.
¿Dónde ahorrar más agua? Electrodomésticos. En el lavado de la vajilla con máquina se ahorra un 80% de agua más que en el manual y también instalaron una máquina de producción de hielo que se refrigera por aire, lo cual conlleva un importante ahorro en el consumo frente a los modelos de refrigeración por agua.
Siguiente parada: los servicios para clientes. Todos los elementos instalados cuentan con sistemas de ahorro de agua. El sistema de descarga de los urinarios se acciona mediante célula fotoeléctrica, por lo que solo se acciona cuando es necesario. Los grifos, por su parte, cuentan con un temporizador para evitar pérdidas si algún cliente se lo dejase abierto.
Los inodoros cuentan con sistemas de ahorro de agua basados en la interrupción de la descarga y la cisterna se encuentra empotrada en la pared, evitando así manipulaciones no deseadas.
A todas las acciones detalladas, se suman sistemas de detección de presencia y la separación de residuos que se generan en el local.
Mur destaca que «falta concienciación» a la hora de apostar por medidas de ahorro energético y que los principales frenos son «la escasez de educación ambiental y los costes. Es un tema de ahorro y personal». Pero la inversión se recupera con creces, como bien conoce en su propio negocio.